219. Por la mañana

 1. Por la mañana yo dirijo mi alabanza,
A Dios que ha sido y es mi única esperanza,
Por la mañana yo le invoco con el alma,
Y le suplico que me de su dulce calma;
Y el nos escucha pues nos ama tanto,
Y nos alivia de cualquier quebranto,
Nos da su mano poderosa y fuerte,
Para librarnos de la misma muerte.

2. Cuando la noche se aproxima tenebrosa,
En elevar mi oración mi alma se goza,
Siento su paz inagotable dulce y grata,
Aunque temores y ansiedad Cristo los mata;
Tambien elevo mi cantar al cielo,
Cuando a la tierra baja el negro velo,
El sol se oculta pero queda Cristo,
A quien mis ojos en el sueño han visto.

3. Brilla su lumbre bienhechora mientras duermo,
Pone su mano sobre mi si estoy enfermo,
Me fortalece y me alienta con el sueño,
Pues es mi Dios, mi Redentor y El es mi dueño;
Y al despertar por la mañana siento,
Que Dios invade mi alma y pensamiento,
Veo a Jesús mi Redentor amado,
Por mis pecados en la cruz clavado.

4. Veo la sangre de sus manos que ha brotado,
Veo la sangre borbotando en su costado,
Una corona con espinas en su frente,
La multitud escarneciéndole insolente;
Pero que dicha cuando al cielo sube,
Lleno de gloria es majestuosa nube,
El nos promete regresar de nuevo,
Para llevarnos a gozar al cielo.

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