54. Mi testimonio

1. En otro tiempo yo andaba sin temor,
Porque ignoraba quien fuese mi Señor,
Pero sus siervos que van a predicar,
Uno palabras a mi me pudo dar.
A este siervo muy mal le recibí,
Quien fue mi hermano después que yo creí,
Y desde entonces yo alabo a mi Señor,
No me avergüenzo porque es mi Salvador.

2. Siempre pretexto quería yo poner,
Cuando aquel siervo a mi me iba a hablar,
El con paciencia me hacía comprender,
Que por la puerta tenía yo que entrar.
Y esto mismo se observa por doquier,
Muchas personas se quieren excusar,
Les es muy duro tener que obedecer,
A Aquel que su alma les quiere rescatar.

3. Algunas veces me puse yo a pensar,
En ciertas cosas que llaman la atención,
Que el mal el hombre tiene que dejar,
Cuando ya es miembro de esta religión.
Mas sin embargo yo todo deseché,
Siempre ayudado de Cristo, mi Señor,
Y hoy le sigo tan solo por la fe,
Confiando siempre que El es mi Salvador.

4. Esto si digo que tiene que sufrir,
Todo el que a Cristo se quiere consagrar,
Porque no todos le van a recibir,
Esta experiencia la puedo yo contar.
El rey Herodes a Cristo persiguió,
Cuando a los niños mando a degollar,
Su pensamiento jamás se le cumplió,
Otro a su tiempo lo vino a sentenciar.

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