41. Salmo 42


1. Así cual siervo brama
Por la limpia corriente,
Mi corazón ardiente
Por Ti suspira, oh, Dios!

CORO:
Sedienta está mi alma
Del agua cristalina;
De la verdad divina
Mi alma tiene sed.

2. Mi pan de día y de noche,
Son lágrimas candentes;
Cuando dicen las gentes:
En donde está tu Dios?

3. Por qué te abato, oh alma;
Y clamas con vehemencia:
Ten Dios de mí clemencia,
Y escucha mi oración. 

4. Por qué te abates, oh, alma,
Y conturbas mi esperanza;
Cuando de Dios se alcanza.
La verdadera paz?

5. Un abismo llama al otro,
A la voz de tus canales
Todas tus hondas y olas.
Pasaron sobre mí.

6. Diré a Dios: Roca mía,
Por qué te has olvidado
Por qué andaré enlutado.
Por la opresión de mí?

7. Quebrantados mis huesos,
Enemigos me afrentan;
Diciendo cada día:
En donde está tu Dios?

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