35. Que hermoso y que sublime
1. Qué hermoso y qué sublime es servir al Señor,
Sentir de su presencia y de su amor gozar;
Pensar profundamente y amarle más y más,
Así como él lo hizo clavado allá en la cruz.
2. No hay otro tan sublime como el Señor Jesús;
El es incomparable por su divino amor,
El es el Dios Eterno y Príncipe de Paz.
Pastor sublime y santo, que a llevarnos vendrá.
3. Cuando yo pienso en Cristo su bendición me dá,
Con todas sus promesas que hasta me hacen llorar.
Quisiera en el momento volar con el Señor,
Llorando miro al cielo y piénsole esperar.
4. Cuando llegue al cielo mi alma gozará,
Y en la mansión celeste mi morada será,
Y con todos los patriarcas santos yo veré,
Y cantando con ellos a la gloria entraré.
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